Hemos ido a la sala Russafa a ver un teatro que trata sobre varias marionetas que tienen que resolver ciertos problemas.
La primera historia trataba sobre una marioneta que cuando se va a dormir se hace pis encima y entonces para secarse usa un ventilador, pero el ventilador es demasiado fuerte y la marioneta empieza a despegarse del suelo, aunque ella se resiste.
Finalmente, el ventilador consigue elevar a la marioneta y hace que los pies de esta se cuelguen de una farola. Entonces empiezan a venir pies pero ninguno es lo suficiente alto como para coger los pies de la marioneta, aunque al final consiguen cogerlos.
La segunda historia trataba sobre una marioneta que cuando va al colegio sus compañeros de clase se ríen de ella porque tiene las orejas muy grandes, entonces empieza a pasarle cosas como, por ejemplo, cuando se mira al espejo del baño sus orejas empiezan a cambiarse por las de animales: orejas de elefante, orejas de burro y otros muchos animales. También, aparece un cantante de ópera que le regala una flor.
Al final, utiliza sus orejas para pegar a los niños y que estos puedan volar y, así, en vez de reírse de sus orejas, se divierten.
El último cuento trata sobre una marioneta que no sabe pronunciar la «R». Así, cuando los niños se van a la escuela, en clase la profesora les dice que tienen que pronunciar la letra «R».
Todos lo consiguen, menos ella, que comienza a perseguir y a buscar la letra «R» físicamente por todos lados, pero esta se escapa. De esta forma, la marioneta aprende a pronunciar la letra «G», la letra «I» y la letra «P». Y, de pronto, la marioneta encuentra la letra «R» y se la metió en la cabeza, pudiendo pronunciar así la letra «R» de forma correcta.
Me gustó mucho el teatro porque las marionetas resolvieron todos sus problemas.
M. Vicioso